A partir del 1 de febrero, Gmail implementará actualizaciones más rigurosas en sus políticas dirigidas a remitentes de correos electrónicos. Aquellos que envíen 5.000 o más mensajes diarios a cuentas de Gmail deberán cumplir reglas más estrictas para autenticar sus correos salientes, abstenerse de enviar correos no deseados o no solicitados, y simplificar el proceso para que los destinatarios cancelen la suscripción.
Los cambios buscan proteger a los usuarios de recibir correo no deseado, y también a los remitentes y sus organizaciones contra la posibilidad de ser suplantados.
Para esto se recomienda siempre configurar el SPF, DKIM y DMARC para mejorar la entrega, y cumpliendo con requisitos mínimos.
¿Pero qué son los SPF, DKIM y DMARC?
Se trata de tres métodos de autenticación para el envío de correos que se configuran a nivel de dominio.
- SPF: Previene el envío no autorizado de mensajes que parecen provenir de tu dominio. Incluye todos los remitentes en tu registro SPF para evitar que los mensajes de terceros sean marcados como spam.
- DKIM: DKIM permite verificar que el dueño del dominio realmente envió el mensaje.
- DMARC: Indica a los servidores receptores cómo manejar mensajes que no pasan por SPF o DKIM. Para pasar la autenticación DMARC, los mensajes deben ser autenticados por SPF y/o DKIM, y el dominio autenticador debe coincidir con el dominio en el encabezado del mensaje.
Reputación de tus correos
Además de cumplir con los requerimientos técnicos, es vital cuidar tus envíos de correo para mantener una buena reputación como enviador. Esta se basa en las reacciones de los usuarios ante los correos electrónicos que reciben. Estas reacciones, como abrir el correo o marcarlo como spam, influye directamente en cómo los proveedores de buzones de correos juzgan esta reputación.
Si los correos enviados son abiertos y leídos por los usuarios, se construye una buena reputación. No obstante, si estos correos son clasificados como spam por el usuario, esto impacta negativamente en tu reputación de envío, dificultando que los mensajes futuros lleguen a la bandeja de entrada de dichos suscriptores.
La reputación del enviador de correos determinará si el proveedor de buzones (por ejemplo Outlook o Gmail), dejará pasar a los emails a las bandejas de entrada de los usuarios, o si irán directamente a la carpeta de Spam.
Cuando los destinatarios interactúan con tus correos electrónicos, la reputación de envío mejora, por lo que es más probable que los mensajes futuros lleguen a la bandeja de entrada.
Cómo mantener una buena reputación
Hay tres consejos base para mantener una buena reputación:
- No enviar mails a usuarios que no quieren recibirlos. No incluyas en tus envíos a personas que no se han suscrito voluntariamente.
- Valida los correos. Asegúrate que los emails que estás incluyendo en tu base de datos sean reales y sean casillas que están activas. Para esto puedes hacer un envío pidiendo confirmar la suscripción antes de agregar un nuevo contacto a tu base de datos.
- Mantén una relación a largo plazo con tus suscriptores. Realiza envíos periódicos, que ocurran de forma regular en un plazo esperado por los usuarios. Esto ayudará a los suscriptores a reconocer tus correos.
Estas medidas son esenciales para consolidar la integridad del correo electrónico y promover un entorno en línea más seguro.