Los sistemas de inteligencia artificial (IA) han sorprendido por sus aplicaciones en múltiples sectores, siendo uno de ellos el correo electrónico. Los atacantes ya están aprovechando herramientas como ChatGPT para crear spam y estafas más convincentes para los usuarios, ante lo cual se hace necesario aplicar mejores defensas.
Google por ejemplo anunció un nuevo sistema de clasificación de texto llamado RETVec (Resilient & Efficient Text Vectorizer), que aplicó dentro de Gmail para combatir más eficientemente el spam. Entre sus aplicaciones, la compañía afirma que esto puede ayudar a entender los correos electrónicos llenos de caracteres especiales, emojis, errores tipográficos y otros caracteres no deseados. Estos caracteres han sido fáciles de leer para los usuarios, pero antes de esta actualización, los correos no deseados llenos de caracteres especiales pasaban fácilmente las defensas de Gmail.
Otra herramienta que aprovecha la inteligencia artificial es Trustifi, un sistema de seguridad que funciona como una capa adicional para el mismo Gmail, Outlook u otros sistemas de correo. Trustifi permite filtrar spam, protección contra phishing y encriptar correos, entre otros.
La IA tiene varias ventajas que la convierten en una herramienta fundamental para protegerse de las amenazas cada vez más automatizadas. Entre ellas está la capacidad de analizar patrones de comportamiento tanto de usuarios como de mensajes, lo que permite la detección temprana de actividades sospechosas o intentos de phishing.
La velocidad y la eficiencia son otras ventajas clave, ya que la IA puede procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real, identificando amenazas potenciales de manera instantánea.
Estos avances evidencian la creciente importancia de la inteligencia artificial en la protección de nuestras comunicaciones. Y vemos también cómo estos desarrollos son esenciales para salvaguardar la privacidad, en un entorno digital cada vez más desafiante.
