Las pequeñas y medianas empresas que venden online deben sopesar los pros y contras de poner sus productos a la venta en tiendas de terceros, como Amazon por ejemplo, o tener su propio sitio web a través del cual vender.
Para muchas Pymes, estar en estos mercados puede ser atractivo, debido a la cantidad de usuarios que visitan la tienda y el posicionamiento que tienen en Internet, de manera que al hacer una búsqueda en Google este tipo de tiendas aparecen primero. También ayuda que estos "marketplaces" son reconocidos por los usuarios, que tienen confianza en ellos a la hora de realizar una compra. Para algunas empresas, puede ser una estrategia complementaria a la venta directa.
Sin embargo, estas tiendas tienen un costo, que muchas veces corresponde a un porcentaje de la venta realizada (en el caso de Amazon, es un 15%), a lo que se suman costos de despacho. Estos valores pueden obligar a las empresas a tener que subir sus precios, haciéndolos menos competitivos.
Otra desventaja de estar en una tienda de un tercero es que la Pyme pierde el acceso directo a sus clientes, cuyos datos se quedan con el dueño de la tienda. Así, no pueden contactar a los compradores para conocer su opinión sobre el producto o incentivar una nueva compra. Al vender a través de un sitio web propio, la empresa puede obtener las direcciones de email de los compradores y hacerles nuevas ofertas.
"Si armas tu tienda en la infraestructura del marketplace, te conviene cambiarte cuando el costo del marketplace sea más caro que tener la tienda propia y tengas una base de datos de clientes propios que te permita continuar con ventas desde otro sitio", explica Marcos Sandoval, gerente de Nuevos Negocios de AltaVoz.
Por otra parte, estar en un "marketplace" de un tercero no significa que las ventas aumentarán automáticamente. En algunos casos, la empresa tendrá que pagar adicionalmente para promocionar sus productos dentro de la misma tienda, de manera que obtengan un lugar destacado en los listados y recomendaciones.
