Existen matices en las personas TEA (Trastorno del Espectro Autista) que determinan sus niveles de comunicación, por lo que pueden tener necesidades diferentes a la hora de enfrentarse al contenido de un sitio web. Para este grupo de la población, la accesibilidad es entendida como la capacidad de comprender el entorno (orientación temporoespacial, y poder anticiparse a eventos que puedan ocurrir), poder comunicarse con él, y realizar las tareas posibles.
Hay algunas buenas prácticas de accesibilidad que pueden ser de utilidad en estos casos, y que se clasifican en tres grupos:
1) Fomentar la regularización, es decir, mientras más predecible, estandarizado y normado sea un sitio web, mucho mejor.
Las personas con TEA tienden a las descompensaciones en entornos poco predecibles, poco intuitivos y con muchas sorpresas. Para evitar estas situaciones, se sugiere la normalización de formatos, el uso de imágenes de apoyo, la sencillez de pasos o tareas para cumplir objetivos.
2) La lectura fácil es clave en los contenidos. Muchas personas con TEA sufren de mala comprensión lectora, por lo que textos directos, con lenguaje sencillo y evitando el uso de metáforas, son las herramientas indicadas.
3) El uso de alternativas de comunicación como letras, imágenes, audios o videos fomentan un mejor entendimiento de los contenidos, y por ende, la comprensión y uso de un sitio web.
Desde la w3c no hay reglas de accesibilidad web específica para personas con TEA, pero como hemos visto, las buenas prácticas ya existentes pueden ser de gran utilidad. Este grupo de la población también debe contar con accesos a las herramientas e información que existe en Internet.