Por Claudio Gregoire, psicólogo, MBA, Master en tecnologías de apoyo, accesibilidad y diseño para todos, y autor de los libros: Puede ser un buen día y Proyecto Mérito.
Una silla de ruedas es una tecnología que le permite a las personas con movilidad reducida desplazarse por las calles de su ciudad, y tener algo mas de independencia. ¿Pero qué pasa si las calles de esa ciudad no están bien construidas? La silla de ruedas sirve de bien poco.
En el mundo virtual, ocurren situaciones parecidas. Un sitio web o aplicación también tienen normas que las hacen accesibles para todas las personas, independientemente si poseen algún grado de discapacidad, pero esto no es tan conocido, ni tan visible como en el mundo físico.
Un lector de pantalla es un software que, por medio de un sintetizador de voz, permite a las personas ciegas o con baja visión poder usar una computadora, teléfono móvil o tablet, ya que una voz va leyendo todo lo que aparece en la pantalla. Es un adelanto increíble, pero es solo la mitad del trabajo.
El resto depende de los desarrolladores de sitios web y aplicaciones, que si construyen dichas plataformas siguiendo las normas necesarias, pueden favorecer o no el uso de estas tecnologías de apoyo.
A veces esto es difícil de entender, ya que todos en apariencia vemos un sitio web y no logramos detectar la diferencia. Pero el problema existe, y no para pocas personas. En el mundo, se proyecta que un 15% de la población sufre algún grado de discapacidad, personas que son potenciales usuarios de sitios web, pero que por el desconocimiento muchas veces no pueden acceder a ellos. A esto se le llama la discapacidad 2.0, que es la discapacidad en el mundo virtual.
Como Alta voz, queremos colaborar con la accesibilidad y el diseño universal, para que todas las personas, puedan navegar libre y autónomamente por sitios web y aplicaciones, independientemente si poseen algún grado de discapacidad, por lo que publicaremos periódicamente artículos sobre esta temática, que nos parece imprescindible.
Los invitamos entonces a estar atentos, y a pensar la próxima vez que estén frente a un sitio web o app: ¿esta plataforma puede ser disfrutada por todos y todas?